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El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha defendido desde Viena los comentarios que hizo durante su visita a Rumanía, donde destacó que Hungría no es un país de “razas mezcladas”, y ha argumentado este jueves que no es un problema de racismo, sino de diferencias culturales. “Tengo una posición clara, directa, me defino como un político antimigratorio y antiinmigrante. No es un problema racial, es un problema cultural. Queremos mantener nuestra civilización tal como es ahora. Y en este aspecto nos diferenciamos de Austria. Siempre protegeremos nuestras fronteras”, ha destacado el mandatario …