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La ONG Médicos sin Fronteras (MSF) ha denunciado que las autoridades húngaras están ejerciendo presuntamente “un uso alarmante y repetido de la violencia” contra los migrantes que intentan cruzar la frontera desde Serbia y que acaban siendo objeto de palizas y devoluciones en caliente. MSF cuenta con testimonios y datos médicos que refrendan sus sospechas de que las autoridades húngaras recurren a porrazos, patadas, puñetazos, “diversas formas de humillación”, gas pimienta y de gases lacrimógenos como “prácticas habituales de disuasión”, previas a las devoluciones sin asistencia. Concretamente…