Parece contradictorio y claramente peligroso, pero los ciclistas están por todas partes en la región ucraniana del Donbás. Son civiles, generalmente de edad avanzada, que van y vienen en sus maltrechas bicicletas y se niegan a inmutarse por el caos que les rodea. “¿Cómo voy a conducir? La gasolina es cara, no tengo qué conducir. Y necesito desplazarme”, explica Oleksandr, un minero jubilado de 60 años. La artillería puede llover en el horizonte y los camiones blindados destruir las calles, pero los ciclistas mayores se niegan a huir, proyectando una extraña sensación de normalidad en el devast…